Hemos llegado al inicio de la Cuaresma, es decir, empieza el ciclo pascual de la Iglesia. Ciertamente, en el centro encontramos el misterio de la PASIÓN, MUERTE Y RESURRECCIÓN DEL SEÑOR. Son cuarenta días de preparación intensa, y posteriormente cincuenta días de celebración de la Pascua salvadora de Jesucristo y de la presencia de su Espíritu en la Iglesia y en el mundo.
El camino que Jesús nos invita a recorrer en este tiempo es el camino que él asumió por cada uno de nosotros para librarnos del domino del pecado y ofrecernos la libertad de los hijos de Dios.
La cuaresma es el tiempo maravilloso que Dios, a través de su Iglesia, nos ofrece para “vencer al espíritu del mal”. Al mismo tiempo se nos ofrecen dos formas de mirar: 1) una sobre el camino de Jesús, evocado el primer domingo con el relato de las tentaciones; 2) otra sobre nuestro propio camino.
La cuaresma es un llamado constante a reducir la distancia existente entre nuestro camino y el camino de Jesús, a acoplarnos cada día más y más a la imagen del Hijos de Dios, o como dice san Pablo: llegar a la estatura de CRISTO.
La Cuaresma es una llamada a reconocer nuestro pecado, no sólo a constatar el pecado de los demás, cosa que, tanto la cultura como nuestras vidas están acostumbrados a practicar; es decir, reconocer que somos egoístas, frívolos, interesados, sensuales, apegados a lo que tenemos, distantes de los demás, que rechazamos con frecuencia el diálogo y el perdón, incapaces de reconocer nuestras debilidades ante los demás e inclinados a la autocomplacencia. La Cuaresma es una llamada a arrepentirnos y a convertirnos al Dios del Amor y el Perdón, que ha hecho su obra en Jesucristo. En pocas palabras es un tiempo “favorable”.
Podríamos afirmar que es como un sacramento: signo eficaz de salvación. Claro está que esto último solamente para quien se dispone a vivir con intensidad dicha experiencia de encuentro con Cristo a través de actitudes nuevas y compromisos firmes.
Cada elemento que la Cuaresma nos presenta y ofrece es para nuestro crecimiento espiritual. Aprovechemos este tiempo de Dios para nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario